Sobre el atractivo
SALVADOR
Ciudad histórica y mágica, difícil de definir, en pocas palabras, la ciudad que durante más de dos siglos fue la primera capital de Brasil, puerta de entrada de colonizadores, esclavos, culturas como la europea y la africana. Salvador atrae a miles de turistas cada año, la ciudad retrata una historia de más de 500 años, con sus iglesias, casonas y fortificaciones. La palabra que mejor define a Salvador es armonía, ese sentimiento que prevalece entre habitantes de todas las razas y credos;
Saliendo de los hoteles ubicados en Salvador, hacia el Monasterio de São Bento, se trata del primer monasterio benedictino de América, fundado en 1582. El proyecto que inspira la vida monástica obedece, por tanto, a un cierto ideal ya una esperanza. En la vida benedictina, este ideal de “buscar verdaderamente a Dios” y “no anteponer nada al amor de Cristo” se estructura sobre tres pilares: la oración (ora), el estudio (legere) y el trabajo (et labora). Pasando a la Iglesia de Conceição da Praia, fue construida por Thomé de Sousa poco después de su llegada a Bahía, el 29 de marzo de 1549. La imagen de N. Sra. da Conceição fue retirado del buque insignia del gobernador. Junto a la Iglesia, Thomé de Sousa ordenó la construcción de la Ladeira da Conceição, para el acceso a las obras de la Ciudadela, en la parte superior. Seguimos visitando el Memorial Hermana Dulce
Inaugurado en 1993, un año después de la muerte de la monja bahiana, el Memorial Irmã Dulce (MID) es una exposición permanente sobre el legado de amor y caridad del Buen Ángel de Brasil, reuniendo más de 800 piezas que ayudan a preservar y mantener vivos los ideales religiosos. El hábito que usó, fotografías, documentos y objetos personales se pueden ver en el MID, que aún conserva intacto el cuarto de Sor Dulce, donde se encuentra la silla en la que durmió por más de treinta años.
una promesa. Otros hechos notables de su vida son recordados a través de maquetas, libros, diplomas y medallas. Continúa por la Avenida dos Dendezeiros, llegando a Colina do Bonfim, donde nos detendremos para tomar fotos en la iglesia más famosa de Salvador debido al tradicional “Lavagem do Bonfim”, una celebración marcada por mujeres bahianas que arrojan agua en los escalones del templo en una fiesta que dura todo el día.